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sábado, 24 de febrero de 2024

La participación de madres y padres de familia en la educación

  La participación de madres y padres de familia en la educación 

La participación de padres de familia activa se define en términos positivos como “responsabilidad social, compromiso, trabajo conjunto (‘nosotros’) y no la suma de individualidades, lo cual se traduce en capacidad de decisión y acción” (Vélez et al., 2008: 3). 


Las formas de apoyo básico de las familias a las actividades de las escuelas se convierten en participación en la gestión cuando madres y padres de familia vinculan escuela y hogar en aspectos pedagógicos y de convivencia social y familiar.

La relación de los padres de familia con sus hijos e hijas, en su condición de estudiante, representa un tema de interés en tanto que su conducta se expresa en la escuela, en el salón de clase, en las  relaciones y las actitud que asume con docentes y compañeros y finalmente en el aprovechamiento escolar. 



Hay tres mecanismos  que combinados dinámicamente, explican el involucramiento de madres y padres con la educación de sus hijos:

  1. La comprensión que tengan de su papel en la vida de ellos.
  2. El sentido de eficacia para ayudarles a tener éxito en la escuela .
  3. La participación en las actividades a los que convoca la escuela .
En este sentido  las madres y padres de familia, son pilares en el sentido de la firmeza y consistencia para sostener los procesos educativos, son la “mano derecha de los maestros”, un trinomio para apoyar los aprendizajes de los niños, que conforman cada comunidad escolar. Los padres deben ser los mentores, los guías, el apoyo emocional y quienes les enseñen a los pequeños sobre emociones, sentimientos y valores. Esto se aprende en casa, y lo reforzamos en la escuela. Con ello la educación que reciban en la primeroa infancia (nivel de primaria ) será de mayor calidad y de significado para los estudiantes.
    


Los invitamos a participar en las actividades académicas, culturales, cívicas, deportivas y de formación que diseñamos entre docentes para lograr esta sinergia entre los diferentes actores eductivos mediante el diálogo ,respeto, la comunicación y la colaboración cualidades que son necesarias para desarrollar y construir..

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sábado, 10 de febrero de 2024

Estrategias de gestión de tiempo

 

Cómo un simple reloj de arena puede ser la mejor idea para el día a día con nuestros hijos

Los niños aprenden jugando, y utilizar la música y los relojes de arena pueden ser un recurso de mucha ayuda en las rutinas, pues son divertidos y muy beneficiosos.

“Darío, en cinco minutos nos vamos del parque”

“En media hora llegamos, Andrea, aguanta un poquito más”

“Hay que lavarse los dientes unos minutos más, Erik”

“Teníamos que estar hace diez minutos en el colegio. Date prisa, Lucía”

“Solo dos minutos y apagamos la tele, ¿vale, Oliver?

 ¿Te suenan estas frases? Seguro que te has visualizado diciéndoselas no hace mucho tiempo a tus hijos con la intención de que ellos las interioricen y, por supuesto, sigan la instrucción que les has facilitado. Pero, oh, sorpresa, no han hecho ni caso. ¿Por qué?

Pues porque nuestros hijos, no tienen concepción del tiempo tal y como lo tenemos los adultos. Para ellos es algo abstracto y absoluto. Ellos no controlan ni calculan el tiempo, hasta edades más avanzadas. Se encuentran desarrollado el pensamiento lógico y la memoria de trabajo. No entienden, por ejemplo, que si su amiga Daniela les coge un juguete va a ser solo durante un rato y luego va a volver a ellos. Ellos ven que no lo tienen y piensan que lo han perdido para siempre. O, por ejemplo, que su maestra pueda tener una vida fuera de la escuela y puedan encontrársela un fin de semana en el supermercado. No, no, la profe solo vive en el colegio. Y punto.

El reloj de arena como herramienta educativa

Por eso la técnica del reloj de arena puede ayudarnos en muchos casos a gestionar ese tiempo. Pero es que tiene otros beneficios:

  • Les proporciona autonomía en el momento en el que pueden realizar actividades por sí mismos durante ese tiempo determinado
  • Les ayuda con las rutinas y los hábitos
  • Les enseña a esperar hasta que se agote ese tiempo
  • Contribuye a reducir la frustración (y a gestionarla) al poder anticiparse de manera gradual
  • Facilita su concentración durante el tiempo en el que está operativo el reloj
  • Les ayuda a planificarse
  • Les permite desarrollar habilidades de negociación y cooperación (cuando nos piden cinco minutos más, por ejemplo)
  • Potencia el desarrollo del pensamiento lógico
  • Ayuda al autocontrol y a la organización
  • Favorece la asunción de responsabilidades

Lo cierto es que podemos utilizar el reloj de arena para prácticamente todo, pero algunas ideas pueden ser las siguientes: 

  1. para establecer turnos de juego entre hermanos. 
  2. para lavarse los dientes, para la hora del baño.
  3. para guardar los juguetes, para irse del parque o de cualquier otro lugar.
  4. para marcarles el tiempo que queda para llegar a nuestro destino de viaje. 
  5. para hacer la tarea esolar.
  6. para hacer nosotros una tarea de la casa .

Y que sean conscientes de ello, para no alargar demasiado la hora de dormir, para poner fin al uso de pantallas, para hacer la cama, poner la mesa…

Lo que sí hay que tener en cuenta es que no todos los relojes de arena valen para todas las edades. Tenemos que adaptarlos según la etapa de desarrollo de nuestro hijo. Así, el de dos minutos o menos se puede utilizar para niños de entre 18 meses y dos años; el de tres minutos para un niño de tres, y así sucesivamente. No podemos pretender que nuestro hijo de cinco años adquiere este aprendizaje con un reloj de arena de quince minutos.

La técnica del reloj no va a ser efectiva desde el primer momento. Como todo, y más cuando se trata de la crianza y educación de nuestros hijos, requiere de tiempo.

Otra cuestión a tener en cuenta es que la técnica del reloj no va a ser efectiva desde el primer momento. Como todo, y más cuando se trata de la crianza y educación de nuestros hijos, requiere de tiempo. De tiempo y de explicarles el proceso antes, durante y después, las veces que sean necesarias. Además, hemos de motivarles (antes, durante y después) también a fin de que poco a poco sean ellos los que pidan este recurso en su día a día y sean capaces de interiorizar su significado.

 Otro recurso: las canciones

Con las canciones sucede lo mismo que con el reloj de arena. Les permite hacerse una ligera idea del tiempo pero traducido en lo que más les gusta: la música. Este recurso se puede utilizar exactamente igual que el reloj de arena, y es muy útil en los viajes, porque puedes medir el tiempo en canciones. Decirles “quedan tres canciones para llegar” (equivalente a unos diez minutos aproximadamente) supone que, además de tener la noción de cuánto falta, van a estar entretenidos y se les va a hacer ese ratito más ameno, pues además de cantar podrán ir contando las canciones que restan. Pero esta idea educativa también la podemos utilizar a la hora del baño, para lavarnos los dientes, recoger los juguetes o para cualquier actividad que queramos convertir en divertida mientras la realizan.

Hemos de ser conscientes de que los niños aprenden jugando, pues esa es la mayor y más potente herramienta educativa, y la música tiene un sinfín de beneficios para ellos (y para nosotros). Por lo que medir el tiempo en canciones es una apuesta segura para los más peques de la casa.

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