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sábado, 27 de enero de 2024

La escuela, escenario de la mejora y de la transformación.

 La comunidad es uno de los elementos principales porque es el núcleo integrador de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Igualmente importante es la relación entre escuela y sociedad, vínculo histórico que se ha ido modificando y exige a la primera un proceso de renovación que tiende a concebirla como un centro de aprendizaje comunitario donde se construyen y convergen saberes, se intercambian valores, normas, culturas y formas de convivencia. 

Se ha puesto en marcha un proceso de concienciación a partir de la lectura de la escuela como el lugar desde donde miramos y deliberamos, destino de nuestras acciones. Maestras y maestros, niñas,  niños  son sujetos estelares de este proceso pero ahora también los padres de familia han sido llamados a acercarse más y a caminar hombro con hombro por ese sendero.

La escuela se caracteriza  como el espacio social donde los sujetos hacen efectivo su derecho a la educación, en el que se lleva a cabo una tarea intelectual y social trascendente: problematizar para transformar la realidad, un lugar para reinventar el mundo todos los días. 

Esta concepción nos autoriza ver a la escuela como un lugar de esperanza; pero, para que siga siéndolo, tenemos que construir un espacio de diálogo donde se reconozca que las voces de todas y todos aportan un saber indispensable. 

Junto con la familia y la comunidad, integra el ámbito de desarrollo de la educación y el país.  No es posible renunciar ni dividirnos en este momento. 

La escuela es un espacio de interacción único, porque sólo ahí los estudiantes pueden experimentar y vivir relaciones interpersonales que dejarán una huella importante en su historia de vida y difícilmente podrán replicar en otro momento.

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sábado, 13 de enero de 2024

Papás informados niños felices.

 ¿Por qué mienten los niños? Estrategias para guiarlos hacia la honestidad

Los niños mienten por muchas razones, una de ellas es el temor al castigo. En este artículo analizamos por qué mienten y damos varios tips para que eso no ocurra.


La mentira en la infancia es un fenómeno común y, a menudo, desconcertante para los padres y madres. Es esencial comprender las razones detrás de este comportamiento para abordarlo de manera efectiva y fomentar un ambiente donde la honestidad sea valorada.

Los niños, en su proceso de desarrollo, a menudo recurren a la mentira como un medio para enfrentar diversas situaciones. Este comportamiento puede estar arraigado en el miedo al castigo, el deseo de complacer a los adultos o la simple curiosidad sobre la naturaleza de la verdad.

Uno de los motivos principales es el temor al castigo. Los niños, al percibir consecuencias negativas por sus acciones, pueden optar por ocultar la verdad como una estrategia para evitar represalias. En este sentido, es esencial crear un entorno en el que se fomente la comunicación abierta y se minimice el castigo, priorizando la comprensión sobre la corrección.

La experimentación con la verdad también es común en el desarrollo infantil. A medida que los niños exploran el mundo que los rodea, pueden probar límites y observar las reacciones de los adultos ante diferentes situaciones. Este proceso ayuda a moldear su comprensión de la realidad y de las normas sociales.

Asimismo, los niños pueden mentir para ganar aprobación o evitar decepcionar a los adultos. Este comportamiento se origina en su deseo innato de ser aceptados y amados. Como adultos, es fundamental transmitirles que la honestidad es clave en la construcción de relaciones sólidas y que se valora más la verdad que la conformidad.

Guiar a los niños hacia la honestidad implica comprender las razones detrás de sus mentiras y abordarlas con empatía. Fomentar un diálogo abierto, donde se sientan seguros para expresar sus sentimientos y preocupaciones, contribuye a fortalecer la confianza mutua.

Te comparto 5 consejos para que como familia puedan aplicarlo en el vínculo con sus hijos:

 

  1. Fomentar un Entorno de Confianza: Construir una relación basada en la confianza es fundamental. Los niños deben sentirse seguros para compartir sus pensamientos y emociones sin temor al juicio excesivo o castigo severo.
  1. Modelar la Honestidad: Los niños aprenden observando a sus padres. Modelar comportamientos honestos y admitir errores ayuda a establecer un estándar ético para ellos.
  1. Reforzar positivamente la Honestidad: Celebrar la sinceridad, incluso cuando la verdad no es positiva, motiva a los niños a ser abiertos y transparentes.
  1. Establecer Consecuencias Lógicas: En lugar de castigos graves, establecer consecuencias lógicas y discutirlas con los niños puede ayudarles a comprender las implicaciones de sus acciones sin generar miedo excesivo y dar la oportunidad a la confianza
  1. Comunicación Abierta: Fomentar un diálogo abierto y comprensivo. Preguntar sobre sus experiencias, escuchar sus preocupaciones y responder con empatía fortalece el vínculo entre todos los integrantes de la familia.

 En conclusión, entender por qué los niños recurren a la mentira es crucial para abordar este comportamiento de manera efectiva. Al promover la honestidad como un valor fundamental que pertenece a los valores que como familia se quiere transmitir y ofrecer un entorno comprensivo, los adultos pueden influir positivamente en el desarrollo moral y social de los niños, allanando el camino hacia relaciones más sólidas y éticas en el futuro.

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