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sábado, 25 de marzo de 2023

Favorecer el descanso

 Favorece el descanso.

Es importante plantear un cambio en vacaciones: parar y permitir a los niños y niñas establecer nuevas rutinas que incluyan descansos más largos, periodos más cortos de trabajo y niveles de exigencia más bajos.


¿Benefician las vacaciones a los escolares?

La respuesta directa a esta pregunta sería sí. Entrando un poco más en el análisis, podemos ver que los beneficios son varios:

  • Favorece el descanso. 


  • Desarrolla el vínculo familiar. Durante las vacaciones , al menos un periodo de tiempo se dedica a actividades, viajes o excursiones en familia, lo que permite mejorar las relaciones.

    • Fomenta el contacto con el medio ambiente. Los niños y niñas suelen estar más en contacto con la naturaleza en la playa, la piscina o la montaña. Estos momentos se pueden aprovechar para consolidar los aprendizajes escolares y entender el contexto más allá del libro.

    • Permite a los niños y niñas tomar un mayor número de decisiones. En el día a día vivimos demasiado rápido, los horarios están siempre muy apretados, tratamos de exprimir cada minuto realizando mil tareas a la vez: mandamos un mensaje mientras ponemos la lavadora y repasamos los deberes de inglés… Esto hace que no tengamos tiempo para preguntarles a nuestros hijos qué quieren y les presentemos todo su día organizado y planificado al detalle.

      En vacaciones esto no ocurre. Nos permitimos el lujo de querer saber qué les apetece hacer a ellos. Estas opciones permiten hacerles participes de su propia vida y aumentar sus niveles de autonomía y responsabilidad.

    Algunos peros…

    Debemos plantear también cuáles son las dificultades de las vacaciones escolares. Principalmente encontramos:

    • Conciliación familiar y laboral. Los periodos vacacionales escolares tan largos no se corresponden con los periodos laborales, lo que lleva muchas veces a recurrir a múltiples recursos: campamentos escolares, abuelos, personas de apoyo. Los niños y niñas pueden percibir que la rutina y la exigencia continúan, ya que, si bien las actividades o la ubicación pueden cambiar, los horarios, no. Además, pueden sentir que sus cuidadores principales no están “todavía” disponibles y tienen que quedarse con otros.

    • La ausencia total de rutina también desequilibra a los pequeños. Las comidas se retrasan, se consumen más helados y chucherías y la escritura o la lectura quedan en un segundo plano.

    Todo lo bueno se acaba

    Con todo esto, ¿a que conclusión llegamos? ¿Son malas las vacaciones? ¿Son muchas?

    Las vacaciones son necesarias: que existan, que empiecen y también que se acaben. Su existencia ayuda a fijar un objetivo, a ser capaces de hacer un esfuerzo constante por conseguir una recompensa.

    Su adecuada gestión debe obedecer a un equilibrio entre calidad educativa, políticas sociales y disponibilidad de recursos, así como tener muy en cuenta la conciliación de la vida familiar y la laboral.

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